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Programados para la derrota

2020-01-22

“El perezoso arguye: ‘¡Hay un león en la calle! Si salgo, ¡seré hombre muerto!’ (Proverbios 22:13).

<p>David, el muchacho que venció al gigante Goliat, desarrolló inusuales virtudes mientras cuidaba de las ovejas: la bravura, el atrevimiento y la voluntad. Una combinación extraordinaria. David era un ser sensible pero fuerte y valiente, un adolescente que se atrevía a pelear con leones y osos para defender al rebaño que con paciencia y amor cuidaba (1 Samuel 17:34-36). En medio del campo, sus dedos tañían las cuerdas de su pequeña arpa; al fondo se escuchaban los balidos de las ovejas que parecían como nubes caminando por la tierra. De repente, se detenía para escuchar algún sonido que le era desconocido y permanecía atento. A lo lejos, muy cerca de alguna indefensa y despistada oveja, un oso esperaba el mejor momento para abalanzarse sobre su presa. Entonces, David se preparaba para atacar al depredador antes de que pudiera caer sobre la oveja. Soltaba el arpa, levantaba los ojos al cielo y clamaba a Dios para que lo ayudara en su hazaña. En varias ocasiones alejó a las bestias de sus rebaños. Lo curioso es que ni su padre ni sus hermanos creían sus relatos sobre cómo había vencido osos y leones defendiendo a las ovejas. Para ellos, David todavía era muy joven. Pero eso no le afectaba; él sabía muy bien que tenía madera de campeón. Dios complementaba la fuerza y él aportaba la actitud correcta.</p>

<p>Pero el libro de Proverbios comenta que hay jóvenes que parecen programados para el fracaso, que caen derrotados antes de que el árbitro pite el inicio del juego, convencidos de su sombrío destino. Es muy cómodo asumir ese tipo de actitudes, ya que te libra de clamar al Dios del cielo suplicando su ayuda, te evita esforzarte al máximo para enfrentar tus desafíos, te exime de avanzar por la accidentada ruta del camino estrecho. Es cierto. Es más fácil rendirse ante los cómodos ambientes e intentar nuevas conquistas. Así se va conformando una actitud perdedora que invade la vida de millones de jóvenes y los programa para la derrota en los distintos ámbitos de la existencia.</p>

<p>David rehusó ser un perdedor. Enfrentó sus grandes desafíos, que lo prepararon para el gran reto de su vida: el gigante Goliat. Después de aquella victoria, su vida nunca volvió a ser la misma.</p>

<p>Pide hoy al Señor que te ayude a superar tus temores y te dé valor para enfrentar tus retos.</p>