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Vivir para predicar

2020-12-22

"Mi padre me enseñaba, y me decía: 'Guarda mis razones en tu corazón. Cumple mis mandamientos, y vivirás' " (Proverbios 4:4).

<p>A mediados del siglo XIX, la idea de la inminencia de la venida de Jesús a este mundo hizo creer a un gran sector de los pioneros del adventismo que no tenía caso enviar misioneros fuera de los Estados Unidos para predicar el evangelio. Sin embargo, conforme fueron pasando los años, esta actitud empezó a cambiar. Fue así como un inmigrante polaco avecindado en Norteamérica, Michael Belina Czechowski, escuchó el mensaje del advenimiento y solicitó apoyo de la Asociación General para regresar a Europa y difundirlo. No obstante, su petición fue rechazada. Pero eso no lo desanimó y consiguió los recursos para viajar al viejo continente. Fue así como se embarcó el 14 de mayo de 1864.</p>

<p>Durante catorce meses, Czechowski proclamó el mensaje del segundo advenimiento en Torre Pellice y otros lugares de los Valles Valdenses del Piamonte (Italia). Gracias a eso, se convirtió a la fe Catherine Revel, primer miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Europa, y Jean David Geymet, primer colportor adventista en Italia. Posteriormente, el misionero se dirigió a Suiza, Hungría y Rumanía. En 1866 publicó la primera revista adventista en Europa, <em>L'Évangile Éternel</em>. Al siguiente año fundó la primera iglesia adventista en el viejo continente, en Tramelan (Suiza).</p>

<p>La Asociación General envió a John N. Andrews como primer misionero adventista a Europa en 1874 para continuar la obra de Czechowski, quien murió en Viena (Austria) el 27 de febrero de 1876. Andrews se dedicó a visitar a los creyentes adventistas y confirmar su fe, además de organizar la iglesia para darle una proyección mayor. El gran apoyo de este misionero fueron sus hijos, Charles y Mary, quienes se entregaron a la obra de predicar el evangelio.</p>

<p>En 1867 llegarían otros dos misioneros de los Estados Unidos a Europa: los hermanos Agustín C. y Daniel T. Bourdeau. Al año siguiente llegaría John G. Matteson, de origen danés, a Dinamarca. La obra en España tardó un poco más en llegar. Los hermanos Frank Starr y Walter Guy Bond (este último junto con su esposa Leola Gerow) fueron los primeros misioneros adventistas en España en 1903. Al principio enfrentaron dificultades, controversias y persecuciones, pero lograron establecer la obra en la península ibérica.</p>

<p>Compartir el evangelio te permite ver los grandes milagros que Dios hace en la vida de la gente. Ahí donde vives, seguramente el Señor tiene un reto misionero para ti. Comparte con otros lo que Dios ha hecho por ti; tus palabras pueden resultar determinantes para el futuro de los que te rodean.</p>