La prueba de fuego
2020-12-19
"Las palabras de Dios son todas puras; Dios es el escudo de quienes en él confían" (Proverbios 30:5).
<p>Pedro Berruguete (1450-1503) fue un pintor español durante la transición del estilo gótico al renacentista. En una de sus obras<em>, La prueba de fuego</em> (Museo del Padro, Madrid), ilustra una especia de juicio para establecer la verdad que se practicaba durante la Edad Media a los acusados a través de las llamas, las cuales, según se creía, resultaban inofensivas para quienes eran inocentes, pero consumían a los culpables. Pero en el cuadro de Berruguete los ímputados son los libros. La pintura muestra a Domingo de Guzmán colocando una de sus obras sobre el fuego, a la vez que unos doctores albigenses hacen lo mismo. De manera prodigiosa, el libro del fundador de los dominicos se eleva sobre las llamas, que consumen los textos de los "herejes".</p>
<p>La prueba de fuego se aplicó a centeneras de libros en diversas ocasiones. La gente estaba convencida de que, si era libro inspirado por Dios, se elevaría sobre las llamas, a semejanza del libro de Domingo de Guzmán. Así fueron consumidas muchas obras durante una época en la que imperó el milagro sobre los argumentos racionales.</p>
<p>He observado el cuadro de Berruguete en más de una ocasión en el Museo del Prado. Cada vez que estoy frente a él mi cabeza comienza a dar vueltas. De pronto me pongo a pensar en lo difícil y desafiante que debe haber sido ser creyente en aquellas épocas. La elaboración de los libros demandaba un gran trabajo artesanal que consumía una buena parte de la vida de sus fabricantes. ¡Pero publicar libros sobre temas bíblicos era un verdadero peligro! Aun así, siempre hubo gente dispuesta a compartir la verdad del evangelio aunque supiera que muchos de sus esfuerzos terminarían en las llamas.</p>
<p>Lo cierto es que ni siquiera el fuego pudo detener la difusión de la Palabra de Dios durante la Edad Media. La promesa bíblica es: "Sí, la hierba seca, y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. [...] así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié" (Isaías 40:8; 55:11). Hoy la Biblia sigue recibiendo críticas, ataques y descalificaciones. Se le aplican otro tipos de "pruebas" para contrarrestar su poder, pero el poder de la Palabra no merma, sino más bien, permanece vigente impactando la vida de quienes aceptan experimentar su influencia.</p>
<p>Ora a Dios para que te ayude a apreciar las Santas Escrituras en tu vida.</p>