return

Sed del evangelio

2020-12-08

"Las buenas noticias llegadas de lejos son como agua fría para la garganta sedienta" (Proverbios 25:25).

<p>¿Alguna vez has tenido mucha sed? Si vives en una zona cálida es posible que sepas lo que significa suspirar por el agua. Palestina es un lugar donde hace mucho calor en cierta época del año, por lo que tanto hombres como animales consideran el agua como algo muy especial.</p>

<p>Los Israelitas sabían que sin agua no podían vivir. Durante la fiesta de las Cabañas había una ceremonia especial en la que los judíos pedían agua al Señor. Asimismo, en el tiempo de Jesús el agua era conocida como "el don de Dios". debido a que era una sustancia muy apreciada.</p>

<p>¿Te has preguntado qué pasaría si dejaras de tomar líquidos? Tu cuerpo puede soportar hasta tres días sin beber agua, y eso en los mejores casos. Sin embargo, tu organismo está diseñado para ingerir líquidos, y si no lo haces, tarde o temprano enfermarás. De la misma manera, tu vida y la mía fueron creadas con la necesidad de beber otro tipo de agua: la Palabra de Dios. Es decir, somos seres espirituales con una tendencia hacia lo sagrado en nuestras conciencias.</p>

<p>Eso quiere decir que todos los seres humanos, creyentes o incrédulos, reflejan sus tendencias espirituales a través de sus vidas. Por eso puedes ver tanta insatisfacción, tanta frustración y tanta depresión en la sociedad. Y déjame decirte que una vida frustrante es hasta cierto punto lógica, ya que la única solución a ese problema es beber del agua de vida que únicamente Jesús nos puede dar.</p>

<p>La única manera de sacar la sed existencial y de realización personal es bebiendo el agua que nuestra vida necesita. ¡Y es que fuimos creados para "alimentarnos" de este bendito líquido! Es entonces cuando te encuentras a ti mismo, cuando sabes para qué existes, cuando tu vida encuentra un significado. Eres un ser espiritual. Naciste para adorar a Dios. El deseo de rendir alabanza y reconocimiento corre por tus venas de manera vertiginosa.</p>

<p>Un día, mientras contemplaba las maravillas del medio ambiente, el joven David reconoció su profunda necesidad de Dios. Entendió que su naturaleza era espiritual y que su vida solo se llenaba con la presencia del Señor. Así que en vez de negar esta realidad, decidió aceptarla y buscar a su Padre celestial.</p>

<p>Y tú, ¿tienes sed de la Palabra de Dios? ¡Enhorabuena! Esa sensación no se puede comprar o adquirir de manera arbitraria. Simplemente te indica que no estás lejos del reino de los cielos.</p>