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Evita la ira del que manda

2020-11-03

"La ira del rey es heraldo de muerte, pero el que es sabio sabe evitarla" (Proverbios 16:14).

<p>Don Álvaro de Luna fue condestable al servicio del rey Juan II de Castilla (1405-1454) y uno de sus más importantes asesores durante más de treinta años. Había logrado significativos triunfos asesorando a la corona de Castilla, incluso llegó a ser nombrado Gran Maestre de la Orden de Santiago. Una de sus mayores victorias fue el matrimonio de Juan II con su candidata, Isabel de Portugal.</p>

<p>Los éxitos de Álvaro de Luna lo colocaron en el centro de los ataques de importantes sectores de la nobleza castellana. Así que, para proteger sus triunfos políticos y previendo un probable desplazamiento de la corte real, decidió actuar en contra de sus enemigos: apareció luchando por sus propios intereses de manera cada vez más directa, cuando antes lo hacía por el bien del reino.</p>

<p>La lucha por el poder se agudizó en Castilla. La alta nobleza arrinconó paulatinamente al rey. Asimismo, se dice que la reina, Isabel de Portugal, insistió al monarca para que se deshiciera del condestable, dado el enorme poder que este había acumulado. Fue entonces cuando ocurrió un suceso sorprendente, este había acumulado. Fue entonces cuando ocurrió un suceso sorprendente, de los más sonados y dramáticos del siglo XV en Castilla: Álvaro de Luna fue encarcelado en 1453, para luego sufrir una bochornosa muerte en el cadalso. Pasó de estar en la mesa del rey a colocarse bajo el hacha del verdugo. ¿Qué condujo al monarca a condenar a muerte a su valido? Los cronistas consignan el hecho sin dar explicación satisfactoria. ¿Pero acaso no habría sido suficiente con haberlo desterrado del reino? ¿Por qué ordenar una deshonrosa muerte a alguien que le había servido tanto? Posiblemente se trató de un arrebato propio de los tímidos de carácter, queriendo probar los alcances de la ira real.</p>

<p>Juan II murió al año siguiente. Sin embargo, la reina viuda no cortó los vínculos con Álvaro de Luna, ya que en su retiro a Arévalo, fue acompañada por el comendador de Montiel, Gonzalo Chacón, hombre de toda la confianza del condestable. Años después, como una forma de devolverle el honor y limpiar su nombre, sus restos y los de su esposa fueron llevados a una capilla especial construida en la catedral de Toledo dedicada al condestable (hoy una de las maravillas de este recinto).</p>

<p>Estar cerca del poder tiene ventajas y desventajas. Los arranques de ira de quienes ejercen el poder pueden acabar con la carrera más brillante. Por eso es bueno ser prudentes en estos asuntos. Se gana más siendo inteligente y evitando los encontronazos directos, especialmente cuando el líder es voluble, fácil de influenciar y de carácter impulsivo.</p>