No tengas miedo de ser fiel
2020-10-30
"Limpia la plata de la escoria, y el fundidor sacará de ella una alhaja" (Proverbios 25:4).
<p>Dios había mostrado al rey Nabucodonosor el futuro del mundo a través del sueño de una estatua, que el profeta Daniel había interpretado eficazmente (Daniel 2). El mensaje era muy claro: ahora reinaba Babilonia, pero un día su hegemonía llegaría a su fin y, entonces, daría paso a otras potencias mundiales, a saber, Medopersia, Grecia y Roma. En la última parte de su historia, el mundo estaría dividido entre países fuertes (de hierro) y débiles (de barro). Posteriormente, mediante la figura de una roca que golpea la parte inferior de la estatua y la hace pedazos, el Señor aseguró que él establecería su reino en este mundo. Sin embargo, el poderoso rey de Babilonia rechazó el mensaje divino y, en abierto desafío al mensaje celestial, mandó construir una estatua de oro a las afueras de la ciudad. Además, ordenó que sus principales colaboradores debían estar presentes ese día para adorarla.</p>
<p>Como funcionarios del gobierno caldeo, Sadrac, Mesac y Abednego estaban ese día en el campo de Dura. Cuando empezaron a sonar las notas musicales indicando que todos debían postrarse delante de la imagen, una alfombra humana cubrió el lugar. Pero los tres jóvenes permanecieron en pie. De inmediato, sus detractores informaron al rey de la actitud de esos muchachos. El monarca los mandó a llamar. Minimizando el acto rebelde de los jóvenes hebreos, el soberano les dio una nueva oportunidad para inclinarse ante la estatua. Pero ellos respondieron: "No tenemos por qué responder a Su Majestad acerca de esto. Su Majestad va a ver que nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos de ese ardiente horno de fuego, y también puede librarnos del poder de Su Majestad. Pero aun si no lo hiciera, sepa Su Majestad que no serviremos a sus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que ha mandado erigir" (Daniel 3:16-18).</p>
<p>¡Vaya respuesta! Los jóvenes respondieron que estaban seguros de lo que creían y sabían que Dios tenía poder para librarlos de ese horno de fuego. Sin embargo, no sabían qué era lo que el Señor había dispuesto en cuanto a su futuro, si vivirían o morirían, pero aceptarían la voluntad divina. Por lo tanto, no traicionarían al Padre celestial. ¡Eso se llama lealtad incondicional! No le pusieron al Señor condiciones para serles fieles. Y claro, Dios no los abandonó y estuvo con ellos dentro del horno. Ese día, el rey más poderoso del mundo reconoció el poder del Dios del cielo.</p>
<p>No tengas miedo de ser fiel a Dios. Él estará contigo en todo momento.</p>