Nada que envidiar
2020-10-22
"No envidies a los malvados, ni procures su compañía" (Proverbios 24:1, CST).
<p>Verónica era una chica cristiana que acostumbraba a ver telenovelas. Además, coleccionaba recortes de revistas con sus actores preferidos y no se perdía los episodios de su serie favorita. Un día, mientras regresaba de la escuela con su madre y su hermana menor, entraron a un pequeño local para tomar un refresco. De pronto, su madre le dijo:</p>
<p>-Oye Verónica, ¿reconoces al muchacho que está sentado en la mesa del fondo con otros dos jóvenes?</p>
<p>La chica se giró a ver al joven disimuladamente. De pronto, se le iluminó el rostro. ¡No lo podía creer! ¡Era el protagonista de su telenovela favorita!</p>
<p>-¡Mamá, es él! -susuró llena de emoción a su madre.</p>
<p>La joven no lograba ocultar su emoción. Era tanto el alboroto que el actor se dio cuenta de lo que sucedía y trató de ocultarse de Verónica colocándose una gorra. Finalmente, la madre se acercó a la escurridiza celebridad y le dijo:</p>
<p>-Disculpa, ¿me permites tomarte una foto junto a mis hijas?</p>
<p>Visiblemente incómodo y molesto, el joven pronunció algunas evasivas, pero terminó por aceptar la petición de la madre de Verónica. Pero ella había observado la actitud del actor y se había dado cuenta de que, en realidad, aquel muchacho no tenía nada que ver con lo que veía en la televisión. Se tomó la fotografía, pero no se lo dijo a sus amigas. Al contrario, al llegar a su casa decidió renunciar a todo aquello que la vinculaba con la telenovela. Después le comentó a su padre:</p>
<p>-Me sentí una tonta. Ese muchacho ni siquiera vale la pena.</p>
<p>El mundo del espectáculo está diseñado para atrapar la mente de los jóvenes. Te presenta la vida de las celebridades como un sueño hecho realidad: son ricos, atractivos, exitosos y reconocidos por todo el mundo. A su lado, tu vida parece miserable e irrelevante. Pero todo eso es falso. Se trata de un montaje que obedece a objetivos publicitarios. Uno de los grandes objetivos de las historias que aparecen en la televisión es que quieras imitar las actitudes, la vestimenta y la manera de vivir de los personajes.</p>
<p>Tú no tienes nada que envidiar a quienes rechazan los principios de Dios y supuestamente viven vidas increíbles. La muerte de Cristo en la cruz debe recordarte el enorme valor que tienes para él y hasta dónde está dispuesto a llegar con tal de salvarte. Él nunca se avergonzará de estar junto a ti ni le molestará que le hables cuando tienes un problema. Al contrario, te escuchará con gran interés.</p>