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Su majestad el niño

2020-09-18

"La vara y la corrección imparten sabiduría, pero el hijo consentido avergüenza a su madre" (Proverbios 29:15).

<p>Todo estaba listo para salir a pasear. Después de mucho tiempo de no verse, dos familias se disponían a pasar una tarde inolvidable. Decidieron trasladarse en un solo coche para un mejor desplazamiento. Sin embargo, en ese momento, una de las niñas se opuso rotundamente a subir a un coche que no era el suyo. El morrocotudo enfado incluyó gritos, lloriqueos y pataletas. La chiquilla se volvió la estrella de un espectáculo que parecía no tener fin. La tensión escaló a tal punto que sacó de sus casillas a los padres. Al final, los adultos se sometieron a la voluntad de la pertinaz niña. No hubo paseo ni convivencia ni fortalecimiento de lazos. Frustrados e impedidos por la autoridad de una mocosa, los amigos se dispusieron a despedirse mientras una sonrisa victoriosa se dibujaba en el rostro de su majestad.</p>

<p>¿Has visto esta "película" alguna vez? A mí me ha tocado ver varios episodios. Recuerdo haber salido con unos amigos cuyo hijo marcaba la pauta de la hora de partida y regreso de un paseo; además, si se nos ocurría entrar a una tienda, obligatoriamente había que comprarle algo, por sencillo que fuera. La potestad del niño estaba por encima de la de sus padres.</p>

<p>El problema de los niños consentidos es que crecen con la idea de que son el centro del mundo y de que los demás están obligados a someterse a su voluntad. Si llegan a sacar malas notas, la culpa siempre es el otro; ellos son las víctimas, los eternos incomprendidos, los mártires a los que hay que son las víctimas, los eternos incomprendidos, los mártires a los que hay que dar gusto. También se vuelven maestros de la manipulación a lo largo de su vida, de modo que usan todo tipo de argucias para que se haga su voluntad de vida, de modo que usan todo tipo de argucias para que se haga su voluntad de una u otra manera. Y cuando alguien osa desafiar la estabilidad de su reino, se enfrenta a un berrinche que se va adaptando con la edad, ya sea que se trate de su cónyuge, sus hermanos en la fe, sus amigos o incluso su pastor.</p>

<p>Cuando los padres no corrigen a un niño, la vida se encarga de darle las lecciones que le hacen falta. De ahí la importancia de impartir la corrección cuando es el momento.</p>

<p>Hoy dale gracias a Dios por la educación que tus padres te han dado. Eso te ayudará a ser una persona de bien.</p>