Sí podemos conservarlos en la iglesia
2020-09-11
"Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él" (Proverbios 22:6).
<p>Hace varios años se publicó el libro <em>¡Sí podemos conservarlos en la iglesia!</em> Tuve el privilegio de dirigir la edición en español de este excelente material. Créeme que pocos libros me han hecho reflexionar en cuanto a la razón de ser causas son diversas. Sin embargo, hay muchos que permanecen en ella. ¿Por qué se quedan los jóvenes en la iglesia? ¿Qué es lo que la iglesia hace bien para conservar a los niños que crecen en su seno?</p>
<p>Durante una predicación a un grupo de empleados de la iglesia les pregunté cuántos eran adventistas desde niños. Varias manos se levantaron. Entonces, les pedí que nos dijeran por qué se habían quedado en la iglesia. Las respuestas fueron de lo más interesantes, pero la mayoría confirmaba la tesis del libro que acababa de editar: la participación en las actividades de la iglesia, un sólido círculo social cristiano, el establecimiento de metas que incluyen los elementos espírituales en la vida.</p>
<p>¿Eres cristiano desde niño? ¿Por qué sigues en la iglesia? ¿Qué te ha motivado a perseverar en la fe? Creo que es muy importante responder estas preguntas para el establecimiento de una cosmovisión adventista sólida. Lo cierto es que también hay cosas que la iglesia hace muy bien.</p>
<p>Con todo, creo que la declaración de Proverbios 22:6 tiene la clave del asunto: "Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él". Este versículo asegura que un niño o un joven puede tener una genuina experiencia espiritual. Es decir, no se necesita ser un adulto para madurar en la fe. La edad no es un obstáculo para escuchar nítidamente la voz de Dios ni para ser usados por el Padre celestial. Por eso, el apóstol Pablo le dice a Timoteo: "Ninguno tenga en poco tu juventud" (1 Timoteo 4:12). Asimismo, la función de los padres es propiciar dicha experiencia espiritual en sus hijos.</p>
<p>Una experiencia genuina en la fe tampoco es exclusiva de una jerarquía eclesiástica. Más bien, está al alcance de todos los creyentes. De modo que, si tus padres te han facilitado las cosas para ser creyente, ¡aprovéchalo! Y si has tenido que experimentar el evangelio sin el apoyo de tu familia, ¡Dios no te abandonará!</p>
<p>Sea cual fuere tu condición, este día pide a Dios experimentar el poder de su Palabra para que nunca te apartes de su camino.</p>