El ejemplo de los valdenses
2020-09-09
"Acatar la corrección conduce a la vida; desechar la reprensión es perder el camino" (Proverbios 10:17).
<p>Los valdenses fueron parte de un movimiento cristiano que surgió en el siglo XXI en Francia bajo el liderazgo de Pedro Valdo, quien estableció la principal característica de los valdenses: la Biblia, y en particular el Nuevo Testamento como la única regla de fe y vida. Una de sus prácticas comunes era memorizar grandes porciones de las Escrituras. Además, copiaban la Biblia entera o en partes. La mayoría eran comerciantes y ofrecían la Palabra de Dios a sus clientes. A lo largo de su historia, varios de ellos negaron la supremacia de Roma y guardaron el sábado.</p>
<p>Los valdenses representan el grupo que más resistió "las intrusiones del poder papal". Además del sur de Francia y el norte de Italia, hubo valdenses en el norte de España, Austria y Alemania. Sin embargo, en diferentes momentos fueron brutalmente reprimidos y perseguidos por el poder papal. Asimismo, hubo escisiones en el interior de su iglesia. Después de muchas luchas, varios quisieron permanecer leales a la fe se marcharon a países extraños, valles solitarios y baluartes rocosos de las montañas. Allí se formaron comunidades valdenses, donde aprovechaban el suelo cultivable entre las cordilleras para lograr que produjeran los valles y las faldas de los cerros menos fértiles.</p>
<p>Los jóvenes valdenses desempañaron un papel fundamental en este movimiento, ya que eran educados para ser fieles predicadores del evangelio. Algunos de ellos eran enviados a los centros urbanos para estudiar en sus escuelas. Sus ropas estaban confeccionadas para llevar porciones de la Biblia, que compartían con aquellos que deseaban conocer su mensaje.</p>
<p>En 1487, el papa Inocencio VIII promulgó una bula convocando a todos los cristianos a participar en una cruzada contra los herejes, absolviendo de toda penalidad eclesiástica a quienes participaran; además, los autorizaba a tomar posesión de sus propiedades, entre otras cosas. Entonces, se perpetraron horribles tragedias, ultrajes, humillaciones y torturas contra estos siervos de Dios. Los jóvenes valdenses soportaron todo eso. Pero su misión había sido cumplida: habían sembrado la semilla del evangelio en muchos lugares, la cual germinaría más adelante.</p>
<p>Los valdenses fueron un ejemplo de educación y formación para el servicio misionero. Hoy, tú también puedes compartir el mensaje de Jesús dondequiera que vayas y, especialmente, utilizar tus capacidades intelectuales para proclamar la verdad del evangelio.</p>