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Correr tras una meta

2020-08-02

"Comienza por preparar tus campos y por disponerte para la siembra, y después de eso construye tu casa" (Proverbios 24:27).

<p>uno de los grandes secretos para tener éxito en la vida es aprender a marcarse metas en la juventud. Tienes que saber a dónde vas y qué es lo que quieres. ¡Es increíble cuántos jóvenes desperdician los mejores años de sus vidas en medio de la desorientación y la falta de objetivos! Lo triste es que los años pasan rápido y, cuando te das cuenta, ya se han ido muchas oportunidades.</p>

<p>El apóstol Pablo dio un principio fundamental para vivir: "Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire" (1 Corintios 9:26, CST). Correr sin tener una meta es, como dijo Salomón, "correr tras el viento" (Eclesiastés 1:14, CST). Alguna vez he corrido medias maratones. Pero estoy seguro que no habría terminado bien las carreras si no hubiera tenido claro dónde estaba la meta. El éxito en la vida depende de que uno tenga objetivos bien delimitados que lo conduzcan en la dirección correcta. Cuando no hay metas, uno pierde el tiempo, dinero y esfuerzo desgastándose en actividades infructuosas que lo conducen a un resultado frustrante. ¿Te das cuenta de por qué son importantes las metas?</p>

<p>He conocido a muchos jóvenes que no saben qué van a hacer con sus vidas. Son como un barco que avanza a la deriva en el océano de la existencia. Y eso es muy peligroso. Lo único seguro es lo siguiente: si no tienes una meta bien delimitada no llegarás a ningún lado. O más bien llegarás a algún punto al que nunca esperabas llegar, como por ejemplo, un embarazo no deseado, un matrimonio inesperado, la permanencia en un lugar desconocido un trabajo frustrante, etcétera.</p>

<p>Muchas veces es fácil fijarnos metas que están muy por encima de nuestras capacidades. Eso también es muy engañoso. No obstante, todas las metas demandan un gran esfuerzo. Nada que valga la pena en la vida es fácil. Más bien, requiere de una enorme voluntad el alcanzar lo que te propones. Llegar a la meta representa la culminación de un gran trabajo que incluye actitudes, preparación, disciplina y dedicación. Pero créeme cuando te digo que nada se compara con levantar los brazos victoriosos después de haber alcanzado la meta.</p>

<p>Hoy es tiempo de arrodillarte y suplicar al Señor que te ayude a fijarte metas para el futuro. Él tiene un plan para ti y un propósito por el cual te ha traído a este mundo. ¡Búscalo! No vale la pena perder el tiempo en el mejor momento de tu vida.</p>