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¡Qué pereza!

2020-05-21

"Perezoso, ¿cuánto más seguirás durmiendo? ¿Cuándo vas a despertar de tu sueño? Un poco de dormir, un poco de soñar, un poco de cruzarse de brazos para descansar, y así vendrán tu necesidad y tu pobreza: como un vago, como un mercenario" (Proverbios 6:9-11)

<p>Francisco J.Briz Hidalgo, autor español, escribió un cuento titulado Los tres perezosos, donde un padre muy enfermo mandó a llamar al notario para redactar su testamento. El anciano confesó al funcionario que solo tenía un burro y quería dejárselo al más perezoso de sus hijos. Al poco tiempo, murió. Entonces, el notario reunió a los herederos para leer el testamento. ¿Pero cómo saber cuál era el más holgazán de sus tres hijos? Así que explicó a los chicos la última voluntad de su padre y les pidió pruebas de su pereza, amenazándolos con meterlos a la cárcel si no se apresuraban al hablar. El primero comentó que un día se le había metido una brasa ardiendo dentro del zapato, pero aunque se estaba quemando le dio pereza moverse; lo bueno fue que unos amigos se dieron cuenta y la apagaron. El segundo relató que un día había caído al mar, pero aunque sabía nadar le dio pereza mover los brazos y las piernas, así que empezó a ahogarse; pero se salvó gracias a que unos pescadores lo vieron y lo rescataron. Entonces, llegó el turno del tercer hijo, quien mirando al escribano, le dijo con firmeza: "Señor notario, a mí lléveme a la cárcel y quédese con el burro porque yo no tengo ninguna gana de hablar". El notario le respondió: "El burro es para ti, ya que sin duda eres el más perezoso de los tres".</p>

<p>"Hay un remedio para la indolencia; consiste en desechar la pereza como un pecado que conduce a la perdición, y dedicarse al trabajo usando con resolución y vigor la capacidad física que Dios nos ha dado. La única cura para una vida inútil y eficiente es el esfuerzo resuelto y perseverante. No se nos ha dado la vida para que la dediquemos a la ociosidad y la complacencia propia; grandes posibilidades hay colocadas delante de nosotros. En su capital de fuerza, se ha confiado un precioso talento a los hombres para que trabajen. Es de más valor que cualquier depósito bancario y debe ser apreciado altamente; porque mediante las posibilidades que ofrece para habilitar a los hombres a vivir una vida feliz y útil, se le puede hacer rendir interés, e intereses compuestos" (La educación cristiana, p. 317).</p>

<p>Pide hoy al Señor que te ayude a ser una persona trabajadora y servicial.</p>