Una experiencia individual
2020-04-17
"El que ama la corrección ama la sabiduría; el que aborrece la reprensión es ignorante" (Proverbios 12:1).
<p>Una de las imágenes más estremecedoras de mi juventud fue ver a jóvenes adventistas portándose mal en uno de nuestros colegios. A mí me resultaba común ver todo tipo de vulgaridades en las instituciones educativas públicas por donde había pasado, pero he de confesar que eso me impactó más de lo que me imaginaba.</p>
<p>Tal vez, uno de los asuntos más dramáticos en relación a la persona de Cristo tiene que ver con sus propios seguidores, es decir, los cristianos. En realidad, miles de quienes se dicen creyentes no parecen entusiasmados con las enseñanzas de Jesús, su vida ejemplar o su próximo regreso a este mundo. Incluso algunos afirman que, a pesar de practicar la fe durante varios años, todavía no lo han encontrado. Gracias a ellos, entre otras razones, algunos incrédulos consideran el cristianismo como un fenómenos anacrónico que debe ser superado para dar lugar a otro tipo de propuestas espirituales.</p>
<p>De ahí que surjan algunas preguntas: ¿Tiene significado el mensaje cristiano para este tiempo? ¿Acaso es posible tener un encuentro real con Jesú? ¿Está él interesado en los problemas de una sociedad como la nuestra? Y más aún, ¿de verdad está vivo Jesucristo?</p>
<p>La experiencia cristiana es un asunto individual. No es una cuestión que se pueda demostrar con señales o milagros (eso quisieran algunos que estarían felices de reducir el cristianismo a un ejercicio esotérico). Por eso Jesús no cayó en la trampa de llevar a cabo prodigios delante de quienes se lo exigían. La fé genuina nace de una relación personal con Jesús a través de la oración, el estudio de la Biblia y la convivencia con el Señor (Romanos 10:17). No se puede amar a quien no se conoce. Aprender a amar a Jesús demanda tiempo a su lado. Es así como nace la confianza en él y el deseo de seguirlo. De ahí que cada ser humano tenga la posibilidad de probarlo en su propia vida.</p>
<p>Hay muchas personas que hemos experimentado el poder de Dios en nuestra propia existencia. Jesús está vivo y presto a ejercer su poder en todo aquel que desee abrirle un espacio en su corazón para transformar su vida (Apocalipsis 3:20). Pero ahora te toca a ti experimentarlo. La decisión es tuya. Ya no hay nada que demostrar.</p>
<p>¿Estás dispuesto a experimentar el poder de la Palabra divina? ¿Deseas recibir a Jesús en tu corazón? Él está dispuesto a manifestarse en tu vida hoy mismo.</p>