Los amigos no se compran
2020-03-04
"El que confía en sus riquezas, fracasa; los justos, en cambio, reverdecen como ramas" (Proverbios 11:28)
<p>Pascual era un chico bastante corriente entre los estudiantes de secundaria. Es posible que tuviera uno o dos amigos. Su personalidad era bastante insípida y parecía un joven invisible en la escuela: nadie le hacía caso. Sin embargo, un día se supo que su padre había ganado la lotería, recibiendo mucho dinero. En su familia todo era felicidad. Al poco tiempo, Pascual apareció con un coche deportivo último modelo. De pronto, se vio rodeado de amigos y chicas guapas. El dinero lo había convertido en todo un galán aceptado por el mundillo adolescente de la localidad.</p>
<p>¡Ah, el dinero! No cabe duda de que tiene un poder misterioso: ennoblece a un patán, vuelve decente a un bandido y torna deseable a un feo. Tal vez, por eso afirma el dicho: "Poderoso caballero es don dinero". Claro, en el fondo los chicos no apreciaban a Pascual. Únicamente era el personaje del momento, a quien trataban de exprimir al máximo, para luego abandonarlo. Y así sucedió. En cuanto ¨Pascual pasó de moda, pronto fue reemplazado por otros personajes.</p>
<p>¿Te suena familiar esta historia? Es posible que más de una vez hayas visto algo parecido en tu vida. Hoy por hoy es difícil encontrar una amistad genuina. Incluso hasta parece raro que alguien busque tu amistad sin esperar recibir algo a cambio. Ahora bien, quiero preguntarte algo: ¿Te atreverías a buscar la amistad de la gente más impopular de tu escuela o vecindario? ¿Cómo afectaría eso a tu "popularidad"? ¿Estarías dispuesto a invertir en una amistad con una persona de quien nadie quiere estar cerca?</p>
<p>Es posible que en algún momento te hayas sentido un tanto excluido por los demás. Si lo has vivido, ¡tengo una buena noticia para ti! ¡Jesús te recibe hoy para formar parte de su pueblo! El Señor tiene la solución a cualquier dificultad que tengas. Entiende las preocupaciones de una joven que se siente un "sapo de otro pozo".</p>
<p>Debemos seguir el modelo de Cristo en su trato hacia los demás: no es correcto tener amigos por puro interés, es decir, tratando de ver de qué manera podemos exprimirlos. Tampoco vale excluir a los demás por prejuicios ridículos de la sociedad. Aquellos que el mundo excluye, debieran tener un lugar dentro de la iglesia del Señor.</p>
<p>En este día, di "no" a la exclusión de personas y abre las puertas de tu corazón a quienes la sociedad convencional a veces rechaza.</p>